FRANCISCO JIMÉNEZ REYNOSO
Para muchos, el nombre de Puente Grande era asociado con la cárcel o penal “de
máxima seguridad”. Con el escape del Chapo, se le acuño el nombre de “Puerta
Grande”, el día 19 de enero de 2001…
Hablar de lo que fue el CEFERESO 2 ubicado en el municipio de el Salto, en la zona
conurbada de Guadalajara, Jalisco, es sinónimo de corrupción.
Infinidad de historias y leyendas se cuentan de lo que sucedió en este centro
penitenciario, que resultó ser un gran negocio para algunos. Desde custodios,
administrativos, directivos y por supuesto juzgadores así como sus propios equipos “de
trabajo”, que en algunos casos se “reportaban” con sus padrinos políticos.
La prisión estaba ubicada en la carretera al Salto y fue inaugurada en el año 1993, su
capacidad para recluir rondaba los 724 internos y hoy en día contaba con 376. Previo
movimiento que se llevo a cabo hace un par de meses.
El Centro federal de Readaptación Social Número 2 de Occidente, como se le conocía
formalmente, contaba con varios delincuentes importantes.
Los movimientos del cierre total del CEFERESO 2 comenzaron hace un par de meses.
Nadie se percato de lo que pretendía trasladar a 400 reos de alta peligrosidad de
Puente Grande a otros CEFERESO ya funcionando a lo largo y ancho de nuestro país.
El pretexto que en su momento dio la autoridad federal fue el mal manejo que se había
dado por las autoridades del Covid 19… sin embargo, corrieron fuertes rumores de que
se estaba fraguando una posible fuga en el CEFERESO 2.
Se trato de un dispositivo fuerte en la zona metropolitana de Guadalajara. Incluso se llego a denunciar de ilegal
dicho traslado. Nadie se percato desde ese momento que se estaba llevando a cabo un operativo con la intención de cerrar definitivamente la cárcel de Puente Grande.
A nadie se le informo, ni al mismo gobernador de Jalisco, quien declaro que terminó
dándose cuenta de las decisiones tomadas por el gobierno federal, a través de los
medios de comunicación…
Y es que, en mi opinión el gobierno federal efectuó su logística de manera impecable.
Ya que si se hubiese generado alguna fuga de información, lo más probable es que se
podía haber frustrado el traslado de reos, y por consiguiente el cierre de Puente
Grande, lo cual era ya una decisión tomada. Imagine usted si dicha noticia era
conocida por las autoridades de Jalisco, que con buena o mala intención podrían filtrar
la información. Sin duda las manifestaciones en contra de esta decisión no se harían
esperar. Familiares de los reos, custodios, abogados, comerciantes, por mencionar
algunos resultarían afectados en sus intereses: laborales, económicos y claro que
pegaría en la cuestión afectiva. Por ello la logística se llevo a cabo de manera exitosa
por el sigilo de los movimientos. Y es que queda claro, el gobierno federal no confía en
las autoridades de Jalisco “son muchos los intereses arraigados”. Aunado a las
rencillas que se traen el Presidente de México y el Gobernador de Jalisco.
Los “problemas” (si les podemos llamar así) que se vivían en el CEFERESO 2 eran
conocidos por propios y extraños: el autogobierno, que salpicaba recursos económicos
para todos los ligados al CEFERESO 2, el hacinamiento ya que la sobrepoblación
hacía imposible la reinserción de las personas que estaban siendo procesadas o
pagando su condena, la corrupción galopante, de la cual se enriquecieron por décadas
gobiernos sin escrúpulo, las riñas en las que había de todo, desde armas blancas,
armas de fuego y entre ellas armas largas, los privilegios para algunos reos que podían
pagar sus lujos y servicios como el de protección.
Probablemente el gobierno federal no quiso pagar el costo de otra fuga de un
CEFERESO en un estado donde la delincuencia organizada está dictando las reglas.
– Doctor en Derecho. Integrante de Observatorio de Seguridad y Justicia. Benemérita Universidad de
Guadalajara “Piensa y Trabaja”.