FRANCISCO JIMÉNEZ REYNOSO

La delincuencia e inseguridad no entiende de razones. Ni siquiera de ofensas o calificativos. Más de 140 homicidios alcanzo Jalisco en el mes de abril.

Con todo y la contingencia a nivel mundial y medidas represivas (rayando en lo inconstitucional), los homicidios se han seguido registrando en Jalisco, incluso en nuestra zona conurbada de Guadalajara y sus municipios la cifra ronda en los 140 homicidios en el presente mes. Tan solo en dos días fueron 24 ejecutados, 12 por día, 3 y 8 del presente. El día 11 fueron 10 los homicidios violentos y el 20 la cifra alcanzó los 11 ejecutados.

La mentada pandemia vino a desviar la atención de una epidemia en Jalisco que es la inseguridad y violencia en nuestras calles. Mientras los delitos de alto impacto se incrementan, las policías en Jalisco enfocan sus baterías a la persecución y represión de ciudadanos que no portan cubrebocas en las calles. Desde aquí se lo decimos una vez más: “quédese en su casa si no tiene actividades importantes que hacer en la calle”… pero el hambre aprieta a cada vez más ciudadanos que esperan las promesas del gobierno.

Para la BBC NEWS MUNDO, tuve la oportunidad de ser entrevistado por el periodista Alberto Najar. Llegando a las siguientes conclusiones: “Coronavirus en México, la paradoja de que el país registre el mayor número de homicidios del año en medio de la cuarentena”. La violencia es la segunda epidemia, hasta ahora la más letal en México, muy por encima de la pandemia. Es la ola de violencia que vive el país desde hace 15 años, y que en estos días ha cobrado nuevas cifras récord.

A nivel nacional se cometieron 114 homicidios, la cifra más alta en lo que va del año. Los asesinatos se cometieron a pesar de que el país se encuentra en cuarentena entre la fase 2 y 3.

La movilidad está prácticamente suspendida, pues la recomendación de las autoridades sanitarias es que las personas se queden en casa. Incluso en algunas entidades de alguna manera han rebasado sus facultades suspendiendo garantías individuales, violando la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Pero esta medida no frena la violencia. A la delincuencia organizada, común o semi organizada no les importa la pandemia ni sus consecuencias. Las organizaciones criminales siguen en lo suyo. La confrontación entre las bandas es más intensa en opinión de Ricardo Márquez Blas.

A nivel nacional entre enero y marzo en México se cometieron 8,585 homicidios dolosos. Un 13.5 por ciento más que en el mismo periodo de 2019, según los mismos datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Hasta el momento, por covid-19 las muertes rondan los 1,000, por ello hasta el momento el covid-19 es menos peligroso que la epidemia de la violencia en las calles.

En mi opinión la violencia e inseguridad en México es otra epidemia (por tratarse de un tema nacional) que castiga a nuestro país junto con la pandemia (por ser un virus que ataca a la humanidad en el orbe). Ambas se mueven en paralelo y atacan a nuestra población. Amén del dengue y la influenza que también lamentablemente Jalisco ocupa los primeros lugares a nivel nacional (y este es todo otro tema).

Pareciera ser que las autoridades encargadas de prevenir la comisión de delitos (policías municipales) y autoridades policiacas (estatales), así como las fuerzas armadas (la Guardia Nacional) parecen ocupados atendiendo el problema de salud que enfrentamos. Desde la instalación de retenes en carreteras, hasta entregando despensas a ciudadanos.

La delincuencia lo sabe y lo percibe. Y aprovecha estos vacíos de poder en las calles de México.

Un gran número de integrantes de la Guardia Nacional vigilan los hospitales en México, y las policías estatales y municipales se enfocan a sancionar ciudadanos por no portar cubrebocas (extralimitando sus funciones esenciales).

Este repliegue de autoridades a Nivel nacional, estatal y municipal, es aprovechado por los cárteles para ganar terreno en cada región del país, que es disputada metro por metro. Incluso con una visión a futuro, ganan simpatizantes repartiendo narco despensas a clases vulnerables, pues más temprano que tarde vendrán a cobrar la factura de un modo u otro con los que resultaron beneficiados en tiempos de hambre o crisis.

Los Estados más violentos en México son: Jalisco, Michoacán y Guanajuato en el occidente del país, estados en los que el día 20 ocurrieron la mayoría de los asesinatos.

La epidemia de la violencia en mi opinión es propia de México. Pues en otros países con diferentes condiciones económico, político y sociales ha descendido drásticamente la violencia en las calles. Pues al llamado de: “quédate en casa”, la gran mayoría de ciudadanos atiende la invitación, pues viene acompañada no solo de despensas, sino de verdaderos apoyos económicos que resuelve los problemas de los ciudadanos, cosa que en México y Jalisco estamos muy lejos de ello. En estos países de primer mundo se llora a los muertos de coronavirus. En México se llora por el momento más a las víctimas por la violencia que por las de la pandemia (covid-19) y las epidemias juntas (dengue e influenza).

En mi opinión un líder es aquel que convence a sus ciudadanos de hacer o dejar de hacer con la fuerza de la razón. No es con insultos que podrían ser delitos como está tipificado en el Código Penal Federal y Estatal: incitación a la discriminación, odio y violencia. Creo que no es tiempo de con demagogia intentar dividir a los jaliscienses, de confrontarlos. En Jalisco exigimos dos cosas por parte de esta administración: 1. La solución integran a los problemas de salud y económicos que enfrentamos los jaliscienses. Y 2. Respeto a los ciudadanos, pues de un modo u otro de ellos viven por medio de sus impuestos.

– Doctor en Derecho. Integrante de Observatorio de Seguridad y Justicia, Benemérita Universidad de Guadalajara.

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