*Por JUAN CARLOS HERNÁNDEZ A.

 El llamado coronavirus -Covid 19- es un virus como cualquier otro, tan normal como de una gripe, de influenza, que ataca a personas con una previa enfermedad y más a las personas mayores, pero también a las que padecen bajas defensas en su organismo-inmunodeprimidos- generalmente, son lo que corren riesgo. Pues produce un síndrome respiratorio grave.

Ahora en México estamos ante esta alerta de que somos susceptibles al contagio, bueno pues ha de haber sensibilidad para entender que estamos ante un problema, que genera incertidumbre, que no sabemos a dónde parará y cómo quedaremos, ni en salud humana y menos en salud financiera.

No se puede frenar a los emprendedores, al trabajador común, no será posible sostener la inercia laboral. No sin flexibles créditos ampliados, no sin echar la mano a quienes sostienen con su empresa a muchas familias.

Revitalizar la economía, simplificar los trámites, dar facilidades al empresariado mexicano, con créditos blandos y ampliando a más tiempo el pago de los mismos; ante un problema enorme de tener un equipo de trabajo y mantener la nómina.

Agilidad, continuidad, estrategia son las maneras de sobrevivir, desde donde y como se pueda. Trabajar el triple para ganar el 75% de resultados, tomar acción de más para generar una mejor respuesta que quedarse corto ante este escenario en que nos encontramos.

Mientras más rápido se saque la pandemia, más rápido se aliviará la economía. Es verdad en una lógica tan simple que, para saber dimensionar la grandeza o pequeñez del mal, hay que hacer pruebas. Los misterios sobre ello es tema aparte.

El Estado debe inyectar a la economía, pero no en tiempos normales como los subsidios; no,  ahora son tiempos de crisis, que si no se atiende provocará más crisis y desestabilización económica que es, la que no da la paz social y gobernabilidad. Lo más fácil es contraer deuda externa, se entiende verdad, y para obtener qué y cuáles resultados. Eso está por verse.

No podemos entrar en estado de pánico, esto no genera más que multiplicidad de más pánico, tenemos que pensar y hacer pensar a otros, colaborar con mejores ideas, y en lo posible trabajar desde casa, producir. Igual que consumir con los pequeños y medianos comerciantes que viven al día con lo que venden. Ayudar en nuestro entorno inmediato a quienes menos tienen. Evitemos un caos, dentro de nuestra humilde posibilidad.

El confinamiento también cobra víctimas de la economía paralizada, se forman pueblos, ciudades y metrópolis desérticas.

Una vez más los mexicanos estamos siendo probados a demostrar de qué estamos hechos, en que la disciplina impera. Pero el trabajo es saber hacia dónde vamos, por lo que es poco operante que decidan por nosotros en todo, debemos resolver en decidir y accionar de mutuo propio.

México es un país joven, fuerte y con amplios talentos, de esta salimos adelante con fe y fortaleza.

*El autor es Maestrante en Gestión Social y Políticas Públicas.

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