Ely Cruz

Ayúdenme a encontrar a mi hija!! Su niño pregunta por ella.

Joven de 15 años salió con un amigo y ya no regresó, su familia lo busca desesperadamente!!
Mi niña te extraño tanto, dónde estas? No parare hasta encontrarte!!!
Ya hace 1 año que no se de ti mi niño!!! Un año que mi corazón esta triste, Ayúdenme a encontrarlo!!!
Solo son algunos de los gritos desgarradores de familiares y sobre todo padres de familia que buscan a sus hijos desaparecidos.

El 30 de agosto es el día internacional de las víctimas de desaparición forzada y la reflexión es ¿qué acciones estamos haciendo para erradicar esta situación?
Hay algunos testimonios en diferentes medios escritos de madres de familia que buscan a sus hijas:
Pamela: encontrarla en vida
La madre de Pamela denunció la omisión de las autoridades en la búsqueda de su hija: “Mi hija es desaparecida el 5 de noviembre del 2017 en el Ajusco km 13. Las autoridades no han querido enfrentar a la delincuencia organizada que tiene a mi hija Pamela Gallardo. Porque las procuradurías quieren tapar que la delincuencia organizada existe, que siguen robándose a nuestras hijas para trata de personas y lo quieren tapar, que Pamela está en una violencia. Pido que me apoyen para encontrar a Pamela en vida, no que la busquen muerta, como hacen estas procuradurías. En la Ciudad de México siguen desapareciendo las mujeres”.
Mariela Vanessa: una lucha contra las autoridades
Mariela Vanessa desapareció hace un año ocho meses, salió una mañana y no regresó. El día de hoy su hermana y su madre marcharon para exigir una búsqueda: “desde un principio que denunciamos, no hubo búsqueda. Simplemente es como una mujer desaparecida más, porque para ellos no es importante buscarlas, que regresen a su casa. No son solidarios en su trabajo. Hay que estar exigiendo que se hagan las diligencias pero para nosotras es difícil, no solo luchamos con nuestro dolor sino también con las autoridades porque muchas veces no nos hacen caso”.
Caso Calera
La madrugada de 7 de julio de 2015 en Calera, Zacatecas, siete hombres fueron sacados de sus domicilios por integrantes del 97 Batallón de Infantería del Ejército mexicano.
Semanas después las autoridades encontraron los siete cuerpos sin vida en el municipio de Jerez. Un juez federal abrió un juicio contra cuatro militares por su presunta responsabilidad en la desaparición y homicidio de civiles.
En la legislación mexicana en el año 2017 se aprobó la Ley General de Desaparición de Personas, pero hace falta que se legisle en todos los estados y también hace falta un protocolo efectivo de búsqueda de las víctimas, asimismo que haya una coordinación interestatal y entre dependencias Federales Estatales y Municipales, que permitan identificar el paradero de los desaparecidos, situación que no existe a pesar de ser tan alto el porcentaje en la comisión de este delito.
De acuerdo a la ley General de Desaparición de personas, la desaparición forzada es “el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley.”
La desaparición forzada de las personas afecta tanto a la víctima como a la familia, y la angustia aparece cuando ya no se sabe nada de la misma, no contesta celular, pasan las horas y esta no regresa, es aquí cuando la angustia de la familia aparece, imaginándose lo peor, si fue el crimen organizado, Trata de personas, Tráfico de órganos, Prostitución, Explotación Sexual, Trafico de drogas entre otros; y que muchas veces fueron captados con engaños y amenazas, sea en bares o lugares concurridos o en las redes sociales.
Que es lo que sigue para la familia, acudir a las autoridades para denunciar la desaparición de su familiar, pero es un tic tac desesperante, por no tener ningún indicio de su paradero y de que las autoridades no reaccionan con la velocidad que ellos quisieran y generalmente su angustia crece, al pasar los días al ver que los casos no avanzan, y no saber si sus familiares están vivos o muertos.
Es por eso que por sus propios medios se dan a la tarea de buscarlos a través de redes sociales, y buscan el acompañamiento de las organizaciones civiles y ONG´s y tanto para buscarlos, así como en la exigencia a las autoridades para que den cuenta que pasa con los desaparecidos.
De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) en México del 1 de enero al 21 de julio de 2020; es decir, en plena pandemia del Covid-19, se han reportado mil 970 niños y adolescentes como desaparecidos, de los cuales 64.2 por ciento; es decir, mil 265 son mujeres y el 35.8 por ciento, son 705 hombres.
Hace falta ese empuje para que la autoridad de respuestas a los familiares de cada caso en el que desaparecen de manera forzada las personas.
Mientras tanto, todos y todas debemos reforzar el cuidado de nuestra persona, la de nuestros jóvenes y nuestros niños y niñas.
• Teniendo una comunicación mas estrecha entre los miembros de la familia
• Documentar casos reales y platicarlo con nuestros hijos de los peligros de tener contacto con personas que no conocemos.
• No subestimar el “a mi no me pasara”, porque todos somos susceptibles de que se nos prive de la libertad sin nuestro consentimiento.
• Hay un dicho que dice que los secretos son del diablo, si alguien con quien tienes contacto obliga a guardar el secreto es seguro que no es bueno.
• Estar atentos en los sentimientos que viven nuestros familiares.
• Conocer el círculo de amistades de nuestros familiares.
• Dejar siempre su ubicación de con quien van y a que domicilio van.
México requiere gobiernos más sensibles y consientes que estén de parte de los mexicanos, estableciendo políticas publicas que a manera de prevención disminuya considerablemente la comisión de estos delitos que laceran a los ciudadanos vulnerables y destruyen familias, sueños e ilusiones.
Fortalecer las instituciones, la economía, salud, educación, el trabajo y salarios dignos ayudaría satisfacer las necesidades básicas, para la conformación de familias y sociedades sanas.

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