*Por JUAN CARLOS HERNANDEZ A.

 

México, en el trascurso del todavía presente año vivió un intenso y tristemente “trancazo” de marzo a la fecha, asediado por el COVID-19, engañoso virus que a unos da y pega duro y a otros nomas de pasadita. Aún vigente el mal, que nadie supera en ningún país, ya es “moda” mediana y media también. Los datos que arrojan las estadísticas de salud pública lo determina así.

Sería imposible en un espacio reducido como el presente hacer un recuento de enero a diciembre, pero al menos una repasada a los temas de interés nacional se pueden enumerar, o recordar.  En general no fue muy bien al país, pues al revisar algunos rubros como: la económica, el Producto Internos Bruto, mal y de malas;  la seguridad, no la vimos;  el desempleo, varios se quedaron sin trabajo estable;  las leyes aprobadas de interés social; las rebatingas políticas, entre unos y otros partidos y más aún entre ellos mismos por ocupar un espacio en sus propias dirigencias, marcaron también la agenda nacional, y un etcétera abrumador de poses y pasos de figuras públicas de todo nivel.

Ni que decir de la muerte y sus estertores por doquier, no escapamos de la noticia al respecto por la desmesurada prontitud de los efectos de la llamada “pandemia”, la opinión pública era informada una y otra vez, no había rincón donde no se supiera de una baja humana por el virus, este casi apocalíptico, o no, pero mortal como sea, lo es en alguna parte de la edad poblacional. Esperar en la vacuna, quién sabe, porque no hay pruebas científicas confiables de que servirá en su totalidad, pero eso es tema aparte.

Por lo pronto los mexicanos otra vez estuvimos y estamos a prueba de demostrar nuestro espíritu combativo ante la adversidad, y eso hacemos hoy día, salimos a la calle a cumplir con nuestros deberes, a buscar el pan, que nos alimente para no desfallecer, ¡vaya año este 2020! Que nos dio por todos lados; empero debemos pensar con fe y decisión para el 2021, que venga mejor, que ya fortalecidos del todavía 2020, aquilatemos la esperanza de que nos va a ir bien.

Nuestra fortaleza única, esa que nos ha sido heredada en familia, de nuestros antepasados, con actitud, perseverancia y ánimo, lograremos que estas vicisitudes de salud pública no se impongan ante nuestra voluntad anímica, sino más bien tomar decisiones inteligentes para salvaguardar primero la fe, luego la salud y con ello la familia. Somos lo que pensamos, pues entonces pensemos bien, a pesar de tanta mala noticia que nos hace ver un panorama borroso.

El camino debe ser allanado en lo particular con una loable actitud, con disposición de ayudar al amigo, al vecino, al familiar, así aguardemos un próspero año nuevo 2021, dejemos los males pasados, vivamos el presente, y preparémonos para el futuro, no hay de otra, vendrán tiempos buenos, nada es para siempre. Hagamos nuestra parte, otra vez juntos hacia un nuevo camino.

Es menester recuperar la educación, la religión, la vida social y por supuesto la vida política, que se aproxima con más intensidad para 2021. Siendo así, demos paso a lo que venga y que se para bien de todos. Amable lector le deseo una excelente navidad, y un benevolente año nuevo. Sea pues.

 

*El autor es Master en Gestión Social y Políticas Públicas.

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